Muchos cuentos relacionados con la historia del Reino Unido provienen de la torre. En 1483, dos hijos del Rey Eduardo IV fueron asesinados en la llamada Torre Maldita (Bloody Tower), y dos siglos después los esqueletos de dos niños pequeños fueron encontrados bajo los escalones de la Torre Blanca, asumiéndose que eran los cuerpos de los príncipes.
La Puerta de los Traidores, ubicada en la muralla sur de la Torre, tiene escalones que conducen hacia el Río Támesis. Incontables prisioneros, incluida la futura Reina Isabel I de Inglaterra, fueron llevados a la torre en bote, y ascendieron los escalones antes de ser encarcelados y, en su mayoría, asesinados. Afortunadamente, Isabel fue dejada en libertad para luego convertirse en Reina.
El padre de Isabel I, Enrique VIII, hizo de la Torre el temible destino de sus enemigos. Sir Thomas More fue decapitado allí en 1535 y la segunda esposa del Rey, Ana Bolena, fue enjuiciada allí en 1536 y decapitada en la Torre Verde. Seis años más tarde su prima, Catalina Howard, quinta esposa de Enrique VIII, sufrió la misma suerte.
La Torre también es famosa porque allí se guardan las Joyas de la Corona. Hoy día pueden ser apreciadas en su nueva sede desde una plataforma en movimiento, diseñada especialmente para acoger al inmenso número de turistas. Entre estas se encuentra la Corona de Reina Isabel, la Reina Madre, que contiene el célebre diamante de la India, el Koh-i-noor (montaña de luz), y la Corona de San Eduardo, la cual se utiliza en la coronación del soberano y pesa más de dos kilogramos.